En esta actividad se trabajará los siguientes valores tradicionales en la familia como:
El respeto, la responsabilidad, la paz, la honestidad, la tolerancia.
Este trabajo será realizado por la docente Nidia Marle Carvajal Urbano.
La responsabilidad es un valor que está en la conciencia de la persona, que le permite reflexionar, administrar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo moral.
Una vez que pasa al plano ético (puesta en práctica), se establece la magnitud de dichas acciones y de cómo afrontarlas de la manera más positiva e integral.
La persona responsable es aquella que actúa conscientemente siendo él la causa directa o indirecta de un hecho ocurrido. Está obligado a responder por alguna cosa o alguna persona. También es el que cumple con sus obligaciones o que pone cuidado y atención en lo que hace o decide. En el ámbito penal, culpable de alguna cosa, acto o delito. En otro contexto, es la persona que tiene a su cargo la dirección en una actividad.
http://es.wikipedia.org/wiki/Responsabilidad
EL VALOR DEL RESPETO
El respeto comienza en la propia persona y está referido a las leyes naturales. El estado original del respeto está basado en el reconocimiento del propio ser como una entidad única, una fuerza vital interior, un ser espiritual, un alma. La conciencia elevada de saber “quién soy” surge desde un espacio auténtico de valor puro. Con esta perspectiva, hay fe en el propio ser así como entereza e integridad en el interior. Con la comprensión del propio ser se experimenta el verdadero autorrespeto. Así, las primeras FALTAS DE RESPETO se dan hacia uno mismo, cuando no se valora la manera como se trata a sí mismo -por ejemplo abusando del alcohol, comiendo mal por gusto propio, haciendo del sexo una actividad morbosa donde los abusos y el placer por el placer primen, etc.-
Respeto es el reconocimiento del valor inherente a las cualidades propias de cada uno
y los derechos innatos de los individuos y
de la sociedad. Estos deben ser reconocidos como
el foco central para lograr que las personas se comprometan con un propósito más elevado en la vida.
y los derechos innatos de los individuos y
de la sociedad. Estos deben ser reconocidos como
el foco central para lograr que las personas se comprometan con un propósito más elevado en la vida.
TOMADO DE:WWW. VALORES. HUMANET.CO/RESPETO
Dibujo alusivo al valor del respeto para colorear y transcribir el texto.
vídeo sobre el valor del respeto
CUENTO SOBRE EL VALOR DEL RESPETO
Respeto
Cuento
Fuente: Diccionario de la RealAcademia Española
Micha y su abuelo
El abuelo, el mayor de la casa, era muy muy anciano. Suspiernas ya no soportaban su peso, sus ojos ya no podíanver, sus oídos no escuchaban y en su boca no quedabaun solo diente.Su hijo y su nuera no le servían la comida en la mesa,sino al ladode la estufa, para que no ensuciara. Una vez le pusieronla comida en un tazón. Cuando el viejecito quisolevantarlo, lo dejó caer sin querer, y el traste se rompió.Todo se derramó sobre el piso. Muy disgustada, su nuerale reprochó que dañara los objetos de la casa y querompiera así los trastes de su vajilla. Empleando un tonogrosero, le dijo que a partir de ese día le servirían de
comer en una cubeta de madera, como las que se usabanpara dar su alimento a los animales.El anciano suspiró hondamente pero no dio respuestaalguna a esas palabras que lo habían lastimado. Pasóalgún tiempo desde esa ocasión. Un día estaban en lacasa el hijo y la nuera del anciano.Los dos esposos miraban con mucha atención alpequeño niño de ambos. El infante estaba en el suelo,jugando con unos bloques de madera. Los acomodaba deuna manera y de otra, como si quisiera darle forma a unobjeto en particular.
—
¿Qué figuras est·s haciendo con esos pedazos demadera, hijo?
—
preguntó con curiosidad su padre.
—
Estoy haciendo una cubeta de madera papá. De esaforma, cuando tú y mamá sean tan viejos como el abuelopodré usarla para servirles su comida
—
informó elpequeño Micha.Sin decir palabra, el hombre y la mujer se pusieron allorar. Sentían vergüenza de haber tratado al abuelo deaquella manera. Desde aquel día le sirvieron nuevamentela comida en la mesa, y lo cuidaron bien.
—
León Tolstoi
No hay comentarios.:
Publicar un comentario